Los cubos que están siendo evaluados.
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Cortesía UniAutónoma

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Uniautónoma y la fundación Grupo Apolo evalúan cubos enviados por la NASA

Los ensayos hacen parte del proceso de preparación para lanzar al espacio una semilla y un tardígrado.

Investigadores de la Universidad Autónoma del Caribe y la Fundación Grupo Apolo recibieron cubos enviados por la NASA para continuar las simulaciones de laboratorio necesarias para el envío del microorganismo de la familia de los tardígrados y el vegetal de la semilla amarga al espacio el próximo 22 de junio.

Colombia se une a México y Ecuador como los únicos países latinoamericanos ganadores entre más de 600 propuestas de 57 países de la convocatoria Cube in Space, organizada por esta agencia espacial.

A la alianza se han unido los docentes María Cely, Beatriz Cardozo y Henry Santamaría, integrantes del grupo de Investigación en Materiales, Procesos y Tecnologías de Fabricación (IMTEF), del programa de Ingeniería Mecánica y el programa de Ingeniería de Materiales, que se encuentran en categoría A ante Colciencias. Los expertos en metalurgia e ingeniería de materiales de la Uniautónoma, hicieron pruebas con los cubos, revisando el peso y las propiedades de los materiales que serán resistencia para las especies del proyecto. 

Estas investigaciones se dan en el marco de la alianza de la Vicerrectoría de Investigación y Transferencia con la fundación Grupo Apolo para la generación de cultura científica a través de la astronomía.

Los cubos que están siendo evaluados.

“La tarea que estamos haciendo como universidad, en nuestros laboratorios, es buscar un material y medir algunas propiedades para determinar aquello que soporte las condiciones a las cuales van a ser sometidas estas especies y no se vean afectadas. Debe ser un material que sirva como soporte y podamos poner dentro de los cubos que nos han llegado de la NASA”, aclaró Cely, docente investigadora y doctora en ingeniería de materiales de la Uniautónoma.

Jorge Salazar, director de la fundación Grupo Apolo, gestor de la iniciativa y estudiante del programa de Dirección y Producción de Radio y Televisión, de Uniautónoma, resaltó que la propuesta del vegetal es muy simbólica, porque la NASA tiene pensado en unos 20 años ir a Marte y trabajar hacia una posible terraformación, es decir, convertir un territorio hostil en un lugar parecido a la Tierra.

“Podríamos decir que dentro de esas dos décadas Marte podría comenzar a ser terraformada con árboles típicos de la Costa Caribe colombiana, un logro histórico”, agregó Salazar.

Hasta el momento los investigadores de la Universidad Autónoma del Caribe han propuesto un tipo especial de espuma que se encuentra todavía en estudio, con el que se procura garantizar que no haya movimiento de las especies al interior del cubo, que pueda amortiguar, responda al peso requerido por la NASA y soporte las bajas temperaturas sin fragilizarse y afectar la muestra. Junto con los jóvenes integrantes de la fundación se verificó, mediante los registros que se tienen de los materiales, cuáles podrían cumplir con las características ideales del experimento.

Los ensayos hacen parte del proceso de preparación para lanzar al espacio una semilla y un tardígrado.

“El cohete hará una trayectoria balística y no estará tripulado. Subirá y volverá a caer, durando en el espacio aproximadamente de 6 a 7 minutos; luego de dos semanas, cuando la NASA recupere los cubos, nos enviarán por correo los resultados de la experimentación. De esta forma, nosotros podremos medir las condiciones de antes y después del vuelo, no durante, por cuestiones de seguridad de los Estados Unidos”, explicó Juan David Martelo, integrante del Grupo Apolo.

Según los investigadores, el desafío en cuanto al peso de los materiales debe ser trabajado con un pequeño margen de error de 64 gramos de peso. Al despegue, los cubos estarán sometidos a fuerza G y a altos niveles de radiación ultravioleta, los cuales serían letales para cualquier persona. Después, estos artefactos serán liberados dentro de una cápsula que les permitirá estar a la intemperie con el espacio. De allí que, es necesario anticipar desde los laboratorios todas las condiciones extremas posibles y la resistencia de los materiales.

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